El grupo ATC A06AX02 incluye productos farmacológicos que contienen dióxido de carbono como principio activo. Estos productos se utilizan principalmente para tratar trastornos gastrointestinales, como la dispepsia y el síndrome del intestino irritable.
En España, se estima que alrededor del 20% de la población sufre de dispepsia, una afección que se caracteriza por dolor o molestias en la parte superior del abdomen, sensación de saciedad después de comer y ardor estomacal. El dióxido de carbono actúa como un agente antiácido y puede ayudar a aliviar estos síntomas.
Además, el dióxido de carbono también puede ser útil en el tratamiento del síndrome del intestino irritable (SII), una afección crónica que afecta al sistema digestivo y se caracteriza por dolor abdominal recurrente, hinchazón y cambios en los hábitos intestinales. Se cree que el dióxido de carbono ayuda a reducir la distensión abdominal y mejorar los movimientos intestinales.
Los productos farmacológicos que contienen dióxido de carbono pueden administrarse por vía oral o rectal. En forma oral, generalmente se presentan en forma efervescente para facilitar su absorción. En forma rectal, pueden presentarse en forma de supositorios o enemas.
Es importante tener en cuenta que los productos farmacológicos con dióxido de carbono pueden tener efectos secundarios como náuseas, vómitos y flatulencia excesiva. Además, no deben ser utilizados por personas con antecedentes de enfermedad renal o hepática.
En general, los productos farmacológicos con dióxido de carbono son seguros y efectivos para el tratamiento de trastornos gastrointestinales leves a moderados. Sin embargo, es importante consultar a un médico antes de utilizar cualquier producto farmacológico para asegurarse de que sea seguro y apropiado para su situación individual.
En resumen, el grupo ATC A06AX02 incluye productos farmacológicos que contienen dióxido de carbono como principio activo y se utilizan principalmente para tratar trastornos gastrointestinales como la dispepsia y el síndrome del intestino irritable. Estos productos pueden administrarse por vía oral o rectal y pueden tener efectos secundarios como náuseas, vómitos y flatulencia excesiva. Es importante consultar a un médico antes de utilizar cualquier producto farmacológico con dióxido de carbono.