La warfarina es un anticoagulante oral utilizado para prevenir la formación de coágulos sanguíneos en pacientes con enfermedades cardiovasculares, como la fibrilación auricular, trombosis venosa profunda y embolia pulmonar. Pertenece al grupo ATC B01AA03.
La warfarina actúa inhibiendo la síntesis de vitamina K dependiente de factores de coagulación en el hígado, lo que reduce la capacidad del cuerpo para formar coágulos sanguíneos. Es importante destacar que su efecto puede tardar varios días en aparecer y desaparecer después de suspender su uso.
En España, según datos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, el uso de warfarina ha disminuido en los últimos años debido a la aparición de nuevos anticoagulantes orales (ACO) que tienen menos interacciones medicamentosas y no requieren monitorización constante. Sin embargo, todavía se utiliza en pacientes con contraindicaciones o intolerancia a los ACO.
Es fundamental tener precaución al utilizar warfarina ya que su dosificación debe ser individualizada y ajustada regularmente según los resultados del tiempo de protrombina (TP) o el índice internacional normalizado (INR). El INR es una medida estandarizada utilizada para evaluar la eficacia del tratamiento anticoagulante y debe mantenerse dentro del rango terapéutico establecido por el médico tratante.
Además, es importante tener en cuenta las posibles interacciones medicamentosas con otros fármacos que pueden aumentar o disminuir el efecto anticoagulante de la warfarina. Por ejemplo, algunos antibióticos, antiinflamatorios no esteroideos y antifúngicos pueden aumentar el riesgo de sangrado mientras que otros fármacos como la rifampicina y la fenitoína pueden disminuir su efecto.
Los pacientes que toman warfarina deben ser educados sobre los signos y síntomas de sangrado, como hematomas inexplicables, sangrado nasal o en las encías, orina oscura o heces negras y deben buscar atención médica inmediata si experimentan alguno de estos síntomas. También se les debe aconsejar sobre la importancia de mantener una dieta equilibrada y evitar cambios bruscos en su ingesta de vitamina K.
En resumen, la warfarina es un fármaco anticoagulante oral utilizado para prevenir la formación de coágulos sanguíneos en pacientes con enfermedades cardiovasculares. Su dosificación debe ser individualizada y ajustada regularmente según los resultados del TP o INR. Los pacientes que toman warfarina deben ser educados sobre las posibles interacciones medicamentosas y los signos y síntomas de sangrado para evitar complicaciones graves. A pesar del uso decreciente en España debido a la aparición de nuevos ACO, todavía se utiliza en pacientes con contraindicaciones o intolerancia a los mismos.