La metildopa es un medicamento antihipertensivo que pertenece al grupo ATC C02AB01. Se utiliza para tratar la hipertensión arterial en pacientes con enfermedad renal crónica y en mujeres embarazadas con hipertensión gestacional.
En España, la prevalencia de la hipertensión arterial es del 40%, lo que significa que más de 18 millones de personas padecen esta enfermedad. La hipertensión arterial es un factor de riesgo importante para enfermedades cardiovasculares como el infarto de miocardio y el accidente cerebrovascular.
La metildopa actúa reduciendo la presión arterial al disminuir la actividad del sistema nervioso simpático. También reduce los niveles de renina plasmática, una enzima que aumenta la presión arterial al estimular la producción de angiotensina II, una hormona vasoconstrictora.
La dosis recomendada de metildopa es de 250 mg dos veces al día, aumentando gradualmente hasta alcanzar una dosis máxima diaria de 2 gramos. El efecto antihipertensivo se observa después de unas pocas horas y dura hasta 24 horas.
La metildopa puede causar efectos secundarios como somnolencia, mareo, sequedad bucal y estreñimiento. También puede causar anemia hemolítica en pacientes con deficiencia de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa (G6PD).
En mujeres embarazadas con hipertensión gestacional, la metildopa se considera segura y efectiva para reducir la presión arterial sin afectar negativamente al feto. También se ha utilizado para prevenir el parto prematuro en mujeres con antecedentes de partos prematuros.
En pacientes con enfermedad renal crónica, la metildopa se utiliza como tratamiento de segunda línea después de los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) y los antagonistas del receptor de angiotensina II (ARA II). También se puede utilizar en combinación con otros antihipertensivos para lograr un mejor control de la presión arterial.
En conclusión, la metildopa es un medicamento antihipertensivo efectivo y seguro que se utiliza para tratar la hipertensión arterial en pacientes con enfermedad renal crónica y mujeres embarazadas con hipertensión gestacional. Aunque puede causar efectos secundarios como somnolencia y mareo, su perfil de seguridad es bueno. La dosis recomendada varía según el paciente y el efecto antihipertensivo se observa después de unas pocas horas.