La metildopa (racémica) es un medicamento que pertenece al grupo ATC C02AB02. Se utiliza principalmente para tratar la hipertensión arterial en pacientes con enfermedad renal crónica y en mujeres embarazadas con hipertensión gestacional.
La metildopa actúa como un agonista de los receptores alfa-adrenérgicos centrales, lo que disminuye la actividad simpática del sistema nervioso y reduce la resistencia vascular periférica. Esto resulta en una disminución de la presión arterial.
En España, según datos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, el uso de metildopa ha disminuido en los últimos años. En 2018 se dispensaron 1.017.000 envases de metildopa, lo que representa una disminución del 12% respecto a 2017.
La dosis recomendada de metildopa varía según las necesidades individuales del paciente y su respuesta al tratamiento. Por lo general, se comienza con una dosis baja que se va aumentando gradualmente hasta alcanzar la dosis óptima para controlar la presión arterial.
Es importante tener en cuenta que la metildopa puede causar efectos secundarios como somnolencia, mareo, sequedad de boca y estreñimiento. También puede provocar reacciones alérgicas graves en algunos pacientes.
Además, se debe tener precaución al administrar metildopa a pacientes con antecedentes de depresión o enfermedad hepática, ya que puede empeorar estos problemas.
En resumen, la metildopa (racémica) es un medicamento útil para el tratamiento de la hipertensión arterial en ciertos grupos específicos de pacientes. Sin embargo, su uso debe ser supervisado por un médico y se deben tener en cuenta los posibles efectos secundarios y contraindicaciones.