Los derivados de la pirimidina son una clase de fármacos antihipertensivos que se utilizan para tratar la hipertensión arterial. Estos medicamentos actúan sobre los receptores de la angiotensina II, una hormona que regula la presión arterial. Los fármacos de esta clase se clasifican en el grupo ATC C02DC.
En España, los derivados de la pirimidina son ampliamente utilizados en el tratamiento de la hipertensión arterial. Según las estadísticas, alrededor del 30% de los adultos españoles padecen hipertensión arterial, lo que representa un importante problema de salud pública. La hipertensión arterial es un factor de riesgo importante para enfermedades cardiovasculares como el infarto de miocardio y el accidente cerebrovascular.
Los derivados de la pirimidina actúan sobre los receptores AT1 y AT2, que se encuentran en las células del músculo liso vascular. Estos receptores están involucrados en la regulación del tono vascular y en la respuesta inflamatoria. Al bloquear estos receptores, los fármacos reducen el tono vascular y disminuyen la resistencia periférica total, lo que resulta en una disminución significativa de la presión arterial.
Entre los derivados más comunes se encuentran candesartán, irbesartán y telmisartán. Estos medicamentos tienen diferentes perfiles farmacocinéticos y farmacodinámicos, lo que significa que pueden ser más efectivos para ciertos pacientes dependiendo del tipo y gravedad de su hipertensión.
Candesartán es un antagonista selectivo del receptor AT1 y tiene una vida media larga, lo que significa que puede administrarse una vez al día. Irbesartán también es un antagonista selectivo del receptor AT1, pero tiene una vida media más corta y se administra dos veces al día. Telmisartán es un antagonista selectivo del receptor AT1 con una vida media larga similar a la de candesartán.
Los derivados de la pirimidina son generalmente bien tolerados por los pacientes y tienen pocos efectos secundarios. Los efectos secundarios más comunes incluyen mareo, fatiga y dolor de cabeza. En raras ocasiones, pueden producirse reacciones alérgicas graves.
En conclusión, los derivados de la pirimidina son fármacos antihipertensivos ampliamente utilizados en España para tratar la hipertensión arterial. Estos medicamentos actúan sobre los receptores de la angiotensina II para reducir el tono vascular y disminuir la presión arterial. Los derivados más comunes incluyen candesartán, irbesartán y telmisartán, que tienen diferentes perfiles farmacocinéticos y farmacodinámicos. Estos medicamentos son generalmente bien tolerados por los pacientes y tienen pocos efectos secundarios.