La gentamicina es un antibiótico aminoglucósido que se utiliza para tratar infecciones bacterianas. Pertenece al grupo ATC D06AX07 y se administra por vía intravenosa o intramuscular.
En España, la gentamicina es uno de los antibióticos más utilizados en hospitales y centros de salud. Según datos del Ministerio de Sanidad, en 2019 se dispensaron más de 1 millón de unidades de gentamicina en el país.
La gentamicina actúa inhibiendo la síntesis proteica bacteriana, lo que impide el crecimiento y la reproducción de las bacterias. Es efectiva contra una amplia variedad de microorganismos gramnegativos y algunos grampositivos, incluyendo Pseudomonas aeruginosa, Escherichia coli y Staphylococcus aureus.
Sin embargo, su uso debe ser cuidadoso debido a su potencial toxicidad. La gentamicina puede causar daño renal y auditivo si se administra en dosis elevadas o durante períodos prolongados. Por esta razón, se recomienda monitorizar regularmente la función renal y auditiva durante el tratamiento con este fármaco.
Además, la gentamicina puede interactuar con otros medicamentos como diuréticos o anestésicos locales, lo que aumenta el riesgo de toxicidad. Por tanto, es importante informar al médico sobre cualquier otro medicamento que esté tomando antes de comenzar el tratamiento con gentamicina.
La dosis recomendada de gentamicina varía según la edad del paciente, su peso corporal y la gravedad de la infección. En general, se administra una dosis inicial seguida de dosis de mantenimiento cada 8 o 12 horas. La duración del tratamiento también depende de la infección y puede variar desde unos pocos días hasta varias semanas.
En resumen, la gentamicina es un antibiótico efectivo para tratar infecciones bacterianas, pero su uso debe ser cuidadoso debido a su potencial toxicidad. Es importante seguir las recomendaciones del médico y monitorizar regularmente la función renal y auditiva durante el tratamiento con este fármaco.