Imiquimod es un medicamento que pertenece al grupo ATC D06BB10 y se utiliza principalmente para tratar ciertos tipos de lesiones cutáneas, como verrugas genitales y queratosis actínica. Este fármaco se presenta en forma de crema tópica al 5% y su mecanismo de acción se basa en la estimulación del sistema inmunológico local.
En España, según datos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, el uso de imiquimod ha ido en aumento en los últimos años. En 2019, se dispensaron más de 200.000 unidades de este medicamento en las farmacias españolas.
La aplicación de imiquimod debe ser realizada por el propio paciente sobre la zona afectada, siguiendo las instrucciones del médico o farmacéutico. La frecuencia y duración del tratamiento dependerán del tipo y extensión de la lesión a tratar. En general, se recomienda aplicar una fina capa sobre la zona afectada antes de acostarse tres veces por semana durante un máximo de 16 semanas.
Es importante destacar que imiquimod puede producir efectos secundarios locales como eritema (enrojecimiento), prurito (picor) o erosiones cutáneas. Estos efectos suelen ser leves o moderados y desaparecen tras finalizar el tratamiento.
Además, es necesario tener precaución si se está utilizando imiquimod en zonas cercanas a los ojos o mucosas ya que puede producir irritación ocular o vaginal respectivamente.
En algunos casos raros, imiquimod puede producir reacciones adversas sistémicas como fiebre, dolor de cabeza o náuseas. Si se presentan estos síntomas, se debe acudir al médico para valorar la suspensión del tratamiento.
Por otro lado, imiquimod no está recomendado en pacientes con hipersensibilidad conocida a alguno de los componentes de la crema o en pacientes con inmunodeficiencias graves.
En resumen, imiquimod es un medicamento tópico utilizado para tratar lesiones cutáneas como verrugas genitales y queratosis actínica. Su mecanismo de acción se basa en la estimulación del sistema inmunológico local y su uso ha ido en aumento en España en los últimos años. Es importante seguir las instrucciones del médico o farmacéutico y estar atento a posibles efectos secundarios locales o sistémicos.