La Clindamicina es un antibiótico de la familia de las lincosamidas, que se utiliza para tratar infecciones bacterianas en diversas partes del cuerpo. En el grupo ATC, se encuentra clasificada como G01AA10.
La Clindamicina actúa inhibiendo la síntesis de proteínas en las bacterias, lo que impide su crecimiento y reproducción. Es eficaz contra una amplia variedad de bacterias grampositivas y algunas gramnegativas.
En España, según datos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, la Clindamicina se encuentra entre los 50 principios activos más utilizados en el país. En 2018, se dispensaron más de 1 millón de envases con este principio activo en las farmacias españolas.
La Clindamicina se utiliza principalmente para tratar infecciones causadas por bacterias anaerobias y estreptococos beta-hemolíticos del grupo A. También puede ser efectiva contra algunas cepas de Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM).
Entre las infecciones que pueden tratarse con Clindamicina se encuentran: abscesos dentales, osteomielitis (infección ósea), neumonía bacteriana adquirida en la comunidad, celulitis (inflamación aguda de los tejidos blandos), infecciones intraabdominales y ginecológicas.
La dosis recomendada varía según el tipo y gravedad de la infección. La Clindamicina puede administrarse por vía oral o intravenosa. En general, se recomienda tomarla con alimentos para reducir los efectos secundarios gastrointestinales.
Entre los efectos secundarios más comunes de la Clindamicina se encuentran: diarrea, náuseas, vómitos, dolor abdominal y cambios en la flora intestinal. En casos raros, puede producirse colitis pseudomembranosa, una inflamación grave del colon que puede ser mortal.
La Clindamicina no debe administrarse a personas con antecedentes de colitis asociada a antibióticos o enfermedad inflamatoria intestinal. También debe evitarse en pacientes con insuficiencia hepática o renal grave.
En resumen, la Clindamicina es un antibiótico eficaz para tratar diversas infecciones bacterianas. Aunque es seguro y bien tolerado en la mayoría de los casos, puede producir efectos secundarios gastrointestinales y raramente colitis pseudomembranosa. Su uso debe ser supervisado por un médico y siempre se deben seguir las instrucciones de dosificación y administración indicadas.