La oxitocina es un medicamento que se utiliza para inducir o mejorar las contracciones uterinas durante el parto y para prevenir o tratar la hemorragia postparto. También se utiliza en la lactancia materna para estimular la producción de leche y en algunos casos para tratar la disfunción sexual femenina.
En España, según datos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, en 2019 se dispensaron más de 140.000 unidades de oxitocina en distintas presentaciones farmacéuticas. La mayoría de las dispensaciones correspondieron a su uso durante el parto.
La oxitocina pertenece al grupo ATC H01BB02 y actúa sobre los receptores específicos de la hormona oxitocina presentes en el útero y las glándulas mamarias. Su mecanismo de acción consiste en aumentar la sensibilidad del músculo uterino a los estímulos que producen las contracciones, lo que facilita el trabajo de parto y reduce el riesgo de hemorragia postparto.
En cuanto a su uso en lactancia materna, la oxitocina estimula las células mioepiteliales que rodean los alvéolos mamarios, lo que provoca una contracción del tejido glandular y una expulsión más eficiente de la leche acumulada. Además, también tiene un efecto relajante sobre los conductos galactóforos, lo que facilita el flujo lácteo hacia el pezón.
La administración de oxitocina puede ser intravenosa o intramuscular durante el parto y sublingual o nasal para estimular la lactancia materna. En ambos casos, la dosis y la frecuencia de administración deben ser ajustadas por un profesional sanitario en función de las necesidades individuales de cada paciente.
En cuanto a los efectos secundarios, la oxitocina puede producir náuseas, vómitos, dolor abdominal y cefalea. También puede provocar hipotensión arterial y taquicardia en algunos casos. En raras ocasiones, se han descrito reacciones alérgicas graves como anafilaxia.
En conclusión, la oxitocina es un medicamento ampliamente utilizado en obstetricia y lactancia materna. Su mecanismo de acción específico sobre los receptores de la hormona oxitocina lo convierte en una herramienta eficaz para facilitar el parto y prevenir o tratar la hemorragia postparto. Además, su uso en lactancia materna puede mejorar la producción y el flujo de leche materna. Sin embargo, como cualquier medicamento, debe ser administrado bajo supervisión médica para minimizar los riesgos asociados a su uso.