La Tigeciclina es un antibiótico de la clase de las glicilciclinas, que se utiliza para tratar infecciones bacterianas graves. Este medicamento actúa inhibiendo la síntesis de proteínas en las bacterias, lo que impide su crecimiento y reproducción.
En España, la Tigeciclina está clasificada dentro del grupo ATC J01AA12 y se encuentra disponible en forma de polvo para solución inyectable. Es un medicamento de prescripción médica y solo debe ser administrado por profesionales sanitarios.
La Tigeciclina se utiliza principalmente para tratar infecciones complicadas de la piel y tejidos blandos, así como infecciones intraabdominales complicadas causadas por bacterias grampositivas y gramnegativas. También puede ser utilizada como tratamiento empírico en pacientes con sospecha de infección por microorganismos multirresistentes.
Según datos del Ministerio de Sanidad español, el uso de Tigeciclina ha aumentado en los últimos años debido a su eficacia frente a microorganismos resistentes a otros antibióticos. En 2019, se dispensaron más de 10.000 unidades de este medicamento en España.
Sin embargo, es importante destacar que el uso excesivo o incorrecto de antibióticos puede contribuir al desarrollo de resistencias bacterianas. Por ello, es fundamental seguir las indicaciones del médico y no automedicarse con este tipo de fármacos.
La Tigeciclina puede producir efectos secundarios como náuseas, vómitos o diarrea. En casos muy raros también se han descrito reacciones alérgicas graves. Por ello, es importante informar al médico si se presenta algún tipo de reacción adversa durante el tratamiento con este medicamento.
En resumen, la Tigeciclina es un antibiótico eficaz para tratar infecciones bacterianas graves y complicadas. Su uso ha aumentado en España debido a su capacidad para combatir microorganismos multirresistentes. Sin embargo, es importante utilizarlo de forma responsable y seguir las indicaciones del médico para evitar el desarrollo de resistencias bacterianas y posibles efectos secundarios.