La cefepima es un antibiótico de la clase de las cefalosporinas de cuarta generación, que se utiliza para tratar infecciones bacterianas graves. Pertenece al grupo ATC J01DE01 y se administra por vía intravenosa.
En España, según datos del Ministerio de Sanidad, en el año 2019 se dispensaron más de 1.5 millones de unidades de cefepima en hospitales públicos y privados. Esto representa un aumento del 7% con respecto al año anterior.
La cefepima actúa inhibiendo la síntesis de la pared celular bacteriana, lo que provoca la muerte de las bacterias sensibles. Es efectiva contra una amplia variedad de microorganismos grampositivos y gramnegativos, incluyendo Pseudomonas aeruginosa y Escherichia coli.
Se utiliza principalmente para tratar infecciones graves como neumonía nosocomial, infecciones intraabdominales complicadas y sepsis. También puede ser útil en el tratamiento empírico inicial antes de conocer los resultados del cultivo microbiológico.
La dosis recomendada varía según la edad, peso y función renal del paciente. En general, se administra una dosis inicial seguida por dosis posteriores cada 8 o 12 horas durante un período determinado según la gravedad y tipo de infección.
Es importante destacar que el uso excesivo e incorrecto de antibióticos puede provocar resistencia bacteriana, lo que dificulta el tratamiento futuro con estos medicamentos. Por lo tanto, es fundamental seguir las indicaciones del médico y no automedicarse ni compartir antibióticos con otras personas.
En cuanto a los efectos secundarios, la cefepima puede causar reacciones alérgicas, diarrea, náuseas y vómitos. En casos raros, se han reportado convulsiones y problemas hepáticos.
En resumen, la cefepima es un antibiótico de cuarta generación que se utiliza para tratar infecciones bacterianas graves. Pertenece al grupo ATC J01DE01 y se administra por vía intravenosa. Es efectiva contra una amplia variedad de microorganismos grampositivos y gramnegativos, incluyendo Pseudomonas aeruginosa y Escherichia coli. Sin embargo, su uso excesivo e incorrecto puede provocar resistencia bacteriana. Por lo tanto, es fundamental seguir las indicaciones del médico y no automedicarse ni compartir antibióticos con otras personas.