El levofloxacino es un antibiótico de la familia de las fluoroquinolonas, que se utiliza para tratar infecciones bacterianas en diferentes partes del cuerpo. Su código ATC es J01MA12 y se encuentra disponible en diferentes presentaciones, como comprimidos, solución inyectable y solución oral.
Este medicamento actúa inhibiendo la síntesis del ADN bacteriano, lo que impide la reproducción de las bacterias y su propagación en el organismo. Es eficaz contra una amplia variedad de microorganismos grampositivos y gramnegativos, incluyendo algunas cepas resistentes a otros antibióticos.
El levofloxacino se utiliza para tratar infecciones respiratorias como neumonía, sinusitis y exacerbaciones agudas de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). También es efectivo contra infecciones urinarias, pielonefritis aguda no complicada y prostatitis crónica bacteriana.
En España, según datos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social correspondientes al año 2018, el levofloxacino fue uno de los antibióticos más prescritos por los médicos generales. En total se dispensaron más de 3 millones de envases con este principio activo.
Es importante destacar que el uso indiscriminado e incorrecto de los antibióticos puede favorecer el desarrollo de resistencias bacterianas. Por ello, es fundamental seguir las indicaciones del médico y completar siempre el tratamiento prescrito. Además, no debe utilizarse para tratar infecciones virales como resfriados o gripes.
El levofloxacino puede tener algunos efectos secundarios, como náuseas, diarrea, dolor abdominal y cefalea. En casos raros puede producir reacciones alérgicas graves, por lo que si se presenta algún síntoma de este tipo se debe acudir inmediatamente al médico.
En cuanto a las precauciones a tener en cuenta, el levofloxacino no debe administrarse en pacientes con antecedentes de hipersensibilidad a las fluoroquinolonas o a cualquier otro componente del medicamento. También se debe evitar su uso en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.
En resumen, el levofloxacino es un antibiótico eficaz para tratar diferentes tipos de infecciones bacterianas. Sin embargo, su uso debe ser siempre prescrito y supervisado por un médico para evitar el desarrollo de resistencias y minimizar los posibles efectos secundarios.