El grupo ATC J05AB incluye medicamentos antivirales que actúan inhibiendo la acción de la transcriptasa inversa, una enzima necesaria para que el virus del VIH se replique. Estos medicamentos son conocidos como nucleósidos o nucleótidos excluidos y son utilizados en combinación con otros fármacos antivirales para tratar la infección por VIH.
En España, según datos del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, en 2019 se diagnosticaron 3.244 nuevos casos de VIH y el número total de personas con VIH en tratamiento fue de 145.000. El uso de medicamentos antivirales ha mejorado significativamente la calidad y esperanza de vida de las personas con VIH.
Los medicamentos nucleósidos/nucleótidos excluidos más comunes incluyen zidovudina, lamivudina, abacavir y emtricitabina. Estos fármacos se administran por vía oral y suelen ser bien tolerados por los pacientes.
Es importante destacar que estos medicamentos no curan la infección por VIH, pero sí reducen significativamente la carga viral en el organismo y retrasan el progreso hacia el SIDA. Además, su uso adecuado puede prevenir la transmisión del virus a otras personas.
Sin embargo, como ocurre con todos los medicamentos antivirales para el VIH, estos fármacos pueden tener efectos secundarios. Algunos pacientes pueden experimentar náuseas, diarrea o fatiga durante las primeras semanas de tratamiento. También es posible que se produzcan reacciones alérgicas graves a algunos fármacos, como abacavir.
Por esta razón, es importante que los pacientes informen a su médico de cualquier efecto secundario que experimenten durante el tratamiento. Los médicos pueden ajustar la dosis o cambiar el medicamento si es necesario para minimizar los efectos secundarios.
En resumen, los medicamentos nucleósidos/nucleótidos excluidos son una parte importante del tratamiento antiviral para la infección por VIH. Su uso adecuado puede mejorar significativamente la calidad y esperanza de vida de las personas con VIH y prevenir la transmisión del virus a otras personas. Sin embargo, es importante que los pacientes informen a su médico de cualquier efecto secundario que experimenten durante el tratamiento para garantizar un uso seguro y eficaz de estos fármacos.