El grupo ATC J07BJ se refiere a las vacunas contra la rubéola, una enfermedad viral altamente contagiosa que puede tener graves consecuencias para la salud, especialmente en mujeres embarazadas y sus fetos. En España, gracias a la implementación de programas de vacunación en los últimos años, la incidencia de casos de rubéola ha disminuido significativamente.
La vacuna contra la rubéola es una vacuna combinada que también protege contra el sarampión y la parotiditis (conocida como paperas). Esta vacuna se administra típicamente en dos dosis durante la infancia, con un intervalo mínimo recomendado de 4 semanas entre ellas. La primera dosis se administra generalmente a los 12 meses de edad y la segunda dosis se administra entre los 3 y 4 años.
En España, según datos del Ministerio de Sanidad del año 2019, el porcentaje de niños que recibieron ambas dosis de esta vacuna fue del 95%. Esto indica un alto nivel de cobertura y es un factor importante en el control y prevención de brotes epidémicos.
Es importante destacar que además del programa nacional de vacunación infantil, existen otros grupos poblacionales que pueden beneficiarse también con esta vacuna. Por ejemplo, las mujeres en edad fértil que no han sido previamente inmunizadas deben recibir al menos una dosis antes del embarazo para prevenir posibles complicaciones durante el mismo. Además, cualquier persona mayor a los 18 años que no haya sido previamente inmunizada debe recibir al menos una dosis.
En cuanto a los efectos secundarios comunes asociados con esta vacuna combinada (rubéola-sarampión-parotiditis), se pueden presentar síntomas leves como fiebre, dolor de cabeza y dolor en el lugar de la inyección. Estos síntomas suelen desaparecer en unos pocos días y no suelen requerir tratamiento médico.
En casos raros, se han reportado efectos secundarios más graves como reacciones alérgicas severas o convulsiones febriles. Sin embargo, estos efectos son extremadamente raros y la mayoría de las personas que reciben esta vacuna no experimentan ningún problema significativo.
En conclusión, las vacunas contra la rubéola son una herramienta importante para prevenir brotes epidémicos y proteger a los grupos vulnerables de esta enfermedad viral altamente contagiosa. En España, gracias a los programas nacionales de vacunación infantil y la disponibilidad de la vacuna para otros grupos poblacionales, se ha logrado un alto nivel de cobertura que ha contribuido significativamente a disminuir la incidencia de casos. Es importante seguir promoviendo la importancia de las vacunas para mantener este éxito en el control y prevención de enfermedades infecciosas.