El grupo ATC L01B se refiere a los antineoplásicos conocidos como antimetabolitos. Estos medicamentos son ampliamente utilizados en el tratamiento del cáncer y actúan interfiriendo con el metabolismo de las células cancerosas, lo que lleva a su muerte.
En España, los antimetabolitos son una parte importante del arsenal terapéutico utilizado en la lucha contra el cáncer. Según las estadísticas, en 2019 se diagnosticaron más de 277.000 nuevos casos de cáncer en España, lo que representa una tasa de incidencia del 539 por cada 100.000 habitantes. De estos casos, alrededor del 40% fueron tratados con algún tipo de quimioterapia, incluyendo antimetabolitos.
Los antimetabolitos se dividen en varios subgrupos según su mecanismo de acción y estructura química. Uno de los subgrupos más comunes es el formado por los análogos de nucleótidos purínicos y pirimidínicos, como la fluorouracilo (5-FU), la citarabina y la gemcitabina.
El fluorouracilo es uno de los antimetabolitos más utilizados en España para tratar varios tipos de cáncer, incluyendo el cáncer colorrectal y el cáncer gástrico. Actúa interfiriendo con la síntesis del ADN y ARN dentro de las células cancerosas, lo que lleva a su muerte.
Otro ejemplo común es la citarabina, que se utiliza principalmente para tratar leucemias agudas y linfomas no Hodgkin. La citarabina actúa inhibiendo la síntesis de ADN y ARN, lo que lleva a la muerte de las células cancerosas.
La gemcitabina es otro antimetabolito utilizado en el tratamiento del cáncer de páncreas, pulmón y mama. Actúa interfiriendo con la síntesis del ADN y ARN dentro de las células cancerosas, lo que lleva a su muerte.
Aunque los antimetabolitos son efectivos en el tratamiento del cáncer, también pueden tener efectos secundarios significativos. Los efectos secundarios más comunes incluyen náuseas, vómitos, diarrea y pérdida de cabello. También pueden afectar a la médula ósea y causar una disminución en el número de glóbulos blancos y rojos.
En conclusión, los antimetabolitos son un grupo importante de antineoplásicos utilizados en el tratamiento del cáncer en España. Aunque tienen efectos secundarios significativos, su eficacia en la lucha contra el cáncer los convierte en una herramienta valiosa para los médicos que tratan esta enfermedad debilitante.