El Crizotinib es un medicamento antineoplásico utilizado en el tratamiento del cáncer de pulmón no microcítico (CPNM) avanzado o metastásico. Pertenece al grupo farmacológico de los inhibidores de la tirosina quinasa.
El Crizotinib actúa bloqueando las proteínas anormales que impulsan el crecimiento del tumor, como la quinasa del linfoma anaplásico (ALK) y el receptor del factor de crecimiento derivado de plaquetas (PDGFR). Al inhibir estas proteínas, se reduce la proliferación celular y se induce la muerte celular programada.
En España, el cáncer de pulmón es uno de los tipos más comunes y mortales. Según datos del Observatorio del Cáncer SEOM 2020, en 2019 se diagnosticaron más de 29.000 nuevos casos y fallecieron más de 22.000 personas por esta enfermedad. El CPNM representa aproximadamente el 85% de todos los casos.
El Crizotinib está indicado para pacientes con CPNM avanzado o metastásico que presenten una translocación ALK positiva o una mutación en el gen ROS1 positiva. Estos pacientes deben haber recibido previamente quimioterapia basada en platino.
En un estudio clínico fase III llamado PROFILE 1014, se comparó la eficacia y seguridad del Crizotinib frente a la quimioterapia basada en platino como tratamiento inicial para pacientes con CPNM avanzado ALK-positivo. Los resultados mostraron que el Crizotinib mejoró significativamente la supervivencia libre de progresión (SLP) en comparación con la quimioterapia (11,1 meses frente a 6,8 meses, respectivamente). Además, el Crizotinib presentó una tasa de respuesta global del 74% frente al 45% de la quimioterapia.
En cuanto a los efectos secundarios, los más comunes son náuseas, diarrea, vómitos y fatiga. También puede causar alteraciones en la visión y en el ritmo cardíaco. Por ello, es importante que los pacientes sean monitorizados regularmente por un médico especialista.
En resumen, el Crizotinib es un medicamento antineoplásico utilizado en el tratamiento del cáncer de pulmón no microcítico avanzado o metastásico ALK-positivo o ROS1-positivo. En España, esta enfermedad representa una importante carga sanitaria y mortalidad. El Crizotinib ha demostrado ser eficaz en mejorar la supervivencia libre de progresión y presentar una alta tasa de respuesta global en comparación con la quimioterapia basada en platino como tratamiento inicial. No obstante, su uso debe ser supervisado por un médico especialista debido a sus posibles efectos secundarios.