El suxametonio es un fármaco utilizado en anestesiología para producir relajación muscular. Pertenece al grupo ATC M03AB01 y se administra por vía intravenosa.
El suxametonio actúa como un agonista de los receptores nicotínicos de acetilcolina, lo que provoca una despolarización sostenida de la placa motora y una relajación muscular profunda. Su efecto comienza a los 30 segundos después de la administración y dura aproximadamente 5 minutos.
En España, el suxametonio se utiliza principalmente en cirugías mayores, especialmente en aquellas que requieren intubación endotraqueal. Según datos del Ministerio de Sanidad, en 2019 se dispensaron más de 40.000 unidades de suxametonio en el país.
Aunque el suxametonio es un fármaco seguro y eficaz cuando se utiliza correctamente, puede provocar algunos efectos secundarios. Uno de los más comunes es la fasciculación muscular, que consiste en contracciones musculares involuntarias antes de la relajación completa del músculo. También puede provocar hipertensión arterial transitoria o bradicardia.
Es importante destacar que el suxametonio está contraindicado en pacientes con enfermedades neuromusculares como la miastenia gravis o el síndrome de Eaton-Lambert, ya que puede empeorar sus síntomas.
Además, debido a que el suxametonio produce una relajación muscular profunda, es necesario tener precaución al administrarlo a pacientes con problemas respiratorios o cardíacos graves.
En resumen, el suxametonio es un fármaco útil en anestesiología para producir relajación muscular en cirugías mayores que requieren intubación endotraqueal. Aunque es seguro y eficaz cuando se utiliza correctamente, puede provocar efectos secundarios y está contraindicado en ciertos pacientes. Es importante que los profesionales sanitarios estén familiarizados con su uso y sus precauciones para garantizar una administración segura y efectiva.