Los preparados que aumentan la eliminación de ácido úrico son aquellos medicamentos que se utilizan para tratar la hiperuricemia, una condición en la que los niveles de ácido úrico en sangre son elevados. Estos medicamentos pertenecen al grupo ATC M04AB y su acción principal es aumentar la excreción renal del ácido úrico.
En España, según datos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, la prevalencia de hiperuricemia en adultos es del 13,3%, siendo más común en hombres que en mujeres. Además, se estima que el 2-3% de la población adulta sufre gota, una enfermedad inflamatoria crónica causada por el depósito de cristales de urato monosódico en las articulaciones.
Entre los preparados que aumentan la eliminación de ácido úrico se encuentran los uricosúricos y los inhibidores de la xantina oxidasa. Los uricosúricos son fármacos que actúan bloqueando un transportador renal llamado URAT1, lo cual reduce la reabsorción tubular del ácido úrico y aumenta su excreción. Entre ellos se encuentran probenecid y benzbromarona.
Por otro lado, los inhibidores de la xantina oxidasa reducen la producción endógena del ácido úrico al inhibir una enzima llamada xantina oxidasa. Entre ellos se encuentran alopurinol y febuxostat.
Es importante destacar que estos medicamentos no están indicados para el tratamiento agudo del dolor articular asociado a un ataque agudo de gota. En estos casos, se recomienda el uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) o colchicina.
Además, estos medicamentos pueden tener efectos secundarios y contraindicaciones. Por ejemplo, los uricosúricos están contraindicados en pacientes con antecedentes de cálculos renales y pueden aumentar el riesgo de nefrolitiasis. Por su parte, los inhibidores de la xantina oxidasa pueden causar reacciones alérgicas y hepatotoxicidad.
En conclusión, los preparados que aumentan la eliminación de ácido úrico son una opción terapéutica para tratar la hiperuricemia y prevenir las complicaciones asociadas a esta condición, como la gota. Sin embargo, su uso debe ser supervisado por un profesional sanitario y se deben tener en cuenta sus posibles efectos secundarios y contraindicaciones.