La benzocaína es un fármaco perteneciente al grupo ATC N01BA05, utilizado principalmente como anestésico local. Es un éster del ácido para-aminobenzoico y se presenta en forma de polvo cristalino blanco o incoloro.
En España, la benzocaína se encuentra disponible en diversas presentaciones comerciales, como cremas, geles y aerosoles. Se utiliza comúnmente para aliviar el dolor y la irritación en la piel y las mucosas, así como para reducir el dolor de las picaduras de insectos.
La benzocaína actúa bloqueando los canales de sodio en las terminales nerviosas periféricas, lo que impide la transmisión del impulso nervioso y produce una pérdida temporal de sensibilidad. Su efecto analgésico es rápido y duradero, aunque su potencia es menor que la de otros anestésicos locales como la lidocaína.
A pesar de ser un fármaco seguro cuando se utiliza correctamente, la benzocaína puede producir efectos secundarios indeseados si se usa en exceso o si se aplica sobre grandes áreas del cuerpo. Entre los efectos secundarios más comunes se encuentran el ardor, el picor y el enrojecimiento de la piel.
Además, existe un riesgo potencialmente grave asociado con el uso prolongado o excesivo de productos que contienen benzocaína: una afección conocida como metahemoglobinemia adquirida. Esta enfermedad rara pero grave se produce cuando los niveles sanguíneos de metahemoglobina aumentan por encima del 1%, lo que reduce la capacidad de la sangre para transportar oxígeno y puede producir síntomas como dificultad para respirar, mareos y palpitaciones.
Por esta razón, se recomienda no utilizar productos que contengan benzocaína en niños menores de dos años, ya que su sistema inmunológico aún no está completamente desarrollado y son más susceptibles a desarrollar metahemoglobinemia adquirida. En adultos y niños mayores, se debe seguir cuidadosamente las instrucciones de uso del producto y evitar aplicarlo sobre grandes áreas del cuerpo o durante períodos prolongados.
En resumen, la benzocaína es un fármaco útil para aliviar el dolor localizado en la piel y las mucosas. Sin embargo, su uso debe ser cuidadoso para evitar efectos secundarios indeseados como la metahemoglobinemia adquirida. Como siempre, es importante seguir las recomendaciones del farmacéutico o médico antes de utilizar cualquier medicamento.