La eslicarbazepina pertenece al grupo ATC N03AF04 y se utiliza como tratamiento adyuvante en pacientes adultos con epilepsia parcial. Esta sustancia actúa como un inhibidor selectivo de los canales de sodio, lo que reduce la excitabilidad neuronal y disminuye la propagación de las descargas epilépticas.
En España, la prevalencia de la epilepsia es del 0,7% de la población general, lo que equivale a unas 300.000 personas afectadas. De ellas, aproximadamente el 60% presentan crisis parciales. La eslicarbazepina ha demostrado ser eficaz en el control de estas crisis y mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes.
En un estudio realizado en España con 1.026 pacientes tratados con eslicarbazepina durante un año, se observó una reducción del número medio de crisis del 52%, pasando de una media inicial de 9,2 a una media final de 4,4 crisis por mes. Además, el 57% de los pacientes logró una reducción del número total de crisis superior al 50%.
La eslicarbazepina se administra por vía oral en forma de comprimidos recubiertos y su dosis recomendada varía entre los 400 y los 1.200 mg al día, dependiendo del peso corporal y la respuesta individual del paciente. Se recomienda iniciar el tratamiento con dosis bajas e ir aumentando gradualmente hasta alcanzar la dosis óptima.
Los efectos adversos más comunes asociados al uso de eslicarbazepina son leves o moderados e incluyen mareo, somnolencia, náuseas y dolor de cabeza. En raras ocasiones se han reportado reacciones alérgicas graves, por lo que se recomienda vigilar estrechamente a los pacientes durante las primeras semanas de tratamiento.
La eslicarbazepina puede interactuar con otros medicamentos que se metabolizan en el hígado, como los anticonceptivos orales y algunos antibióticos. Por esta razón, es importante informar al médico de todos los medicamentos que esté tomando el paciente antes de iniciar el tratamiento con eslicarbazepina.
En resumen, la eslicarbazepina es un fármaco eficaz y seguro para el tratamiento adyuvante de la epilepsia parcial en adultos. Su uso ha demostrado una reducción significativa del número de crisis y una mejora en la calidad de vida de los pacientes. Sin embargo, como con cualquier otro medicamento, se recomienda su uso bajo supervisión médica y siguiendo las indicaciones del profesional sanitario responsable del tratamiento.