La levosulpirida es un medicamento que pertenece al grupo ATC N05AL07, utilizado principalmente para tratar trastornos gastrointestinales y psiquiátricos. Se trata de un antagonista de los receptores dopaminérgicos D2 y D3, lo que significa que actúa bloqueando la acción de la dopamina en el cerebro.
En España, la levosulpirida se encuentra disponible en diferentes presentaciones comerciales, incluyendo comprimidos, cápsulas y soluciones inyectables. Según datos del Ministerio de Sanidad español, en 2020 se dispensaron más de 1 millón de envases de levosulpirida en todo el país.
Uno de los principales usos médicos de la levosulpirida es el tratamiento del síndrome del intestino irritable (SII), una afección crónica que afecta al sistema digestivo y se caracteriza por dolor abdominal recurrente, distensión abdominal y cambios en los hábitos intestinales. La levosulpirida actúa reduciendo las contracciones musculares excesivas del intestino y mejorando así los síntomas asociados al SII.
Además del SII, la levosulpirida también se utiliza para tratar otros trastornos gastrointestinales como la dispepsia funcional (indigestión) y el reflujo gastroesofágico. En estos casos, su acción consiste en mejorar la motilidad gástrica e intestinal y reducir las sensaciones dolorosas asociadas a estas afecciones.
Otro uso importante de la levosulpirida es en el tratamiento complementario de algunos trastornos psiquiátricos como la depresión y la esquizofrenia. En estos casos, se utiliza en combinación con otros medicamentos para mejorar los síntomas asociados a estas enfermedades, como la anhedonia (incapacidad para experimentar placer) y la apatía.
Aunque la levosulpirida es generalmente bien tolerada por los pacientes, puede causar algunos efectos secundarios como somnolencia, mareo, dolor de cabeza y trastornos del sueño. En casos raros, también se han descrito reacciones alérgicas graves como erupciones cutáneas y dificultad para respirar.
En resumen, la levosulpirida es un medicamento útil en el tratamiento de diversos trastornos gastrointestinales y psiquiátricos. Aunque su uso debe ser supervisado por un médico especialista y puede causar algunos efectos secundarios, su eficacia ha sido demostrada en numerosos estudios clínicos y su disponibilidad en diferentes presentaciones comerciales facilita su administración a los pacientes que lo necesitan.