El ácido fusídico es un antibiótico que se utiliza para tratar infecciones bacterianas en la piel. Pertenece al grupo ATC S01AA13 y se administra por vía tópica.
En España, el ácido fusídico es uno de los antibióticos tópicos más utilizados. Según las estadísticas, en 2019 se dispensaron más de 3 millones de envases de ácido fusídico en farmacias españolas.
El ácido fusídico actúa inhibiendo la síntesis de proteínas bacterianas, lo que impide que las bacterias crezcan y se reproduzcan. Es eficaz contra una amplia variedad de bacterias grampositivas, incluyendo Staphylococcus aureus y Streptococcus pyogenes.
El ácido fusídico se utiliza principalmente para tratar infecciones cutáneas como impétigo, foliculitis y celulitis. También puede ser útil en el tratamiento del acné y otras afecciones dermatológicas.
El uso del ácido fusídico debe ser supervisado por un médico o farmacéutico para asegurarse de que se está utilizando correctamente y no hay riesgo de efectos secundarios o resistencia a los antibióticos.
En general, el ácido fusídico es bien tolerado por la mayoría de los pacientes. Los efectos secundarios son raros e incluyen irritación localizada, picazón o ardor en la piel tratada.
Sin embargo, el uso prolongado del ácido fusídico puede aumentar el riesgo de desarrollar resistencia a los antibióticos. Por esta razón, es importante utilizarlo solo cuando sea necesario y siguiendo las instrucciones del médico o farmacéutico.
En resumen, el ácido fusídico es un antibiótico tópico eficaz para tratar infecciones bacterianas en la piel. Es ampliamente utilizado en España y está disponible en varias formas, incluyendo cremas y pomadas. Sin embargo, su uso debe ser supervisado cuidadosamente para evitar efectos secundarios y resistencia a los antibióticos.