El Betaxolol es un fármaco utilizado para tratar la hipertensión arterial y la angina de pecho. Pertenece al grupo de los beta-bloqueantes selectivos, lo que significa que actúa específicamente sobre los receptores beta-1 adrenérgicos del corazón y no afecta a los receptores beta-2 adrenérgicos presentes en otros órganos como el pulmón.
En España, según datos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, en el año 2019 se dispensaron más de 3 millones de envases de medicamentos que contenían Betaxolol. Esto representa un aumento del 5% con respecto al año anterior.
El Betaxolol se presenta en forma de comprimidos orales y colirios oftálmicos. En el caso de la hipertensión arterial, se recomienda una dosis diaria entre 10 y 20 mg por vía oral. En cambio, para la angina de pecho, la dosis recomendada es entre 10 y 30 mg al día.
El Betaxolol actúa disminuyendo la frecuencia cardíaca y reduciendo la fuerza contráctil del corazón. Esto produce una disminución en el gasto cardíaco y una reducción en la presión arterial sistólica y diastólica.
En cuanto a su seguridad, el Betaxolol está contraindicado en pacientes con bradicardia sinusal (frecuencia cardíaca inferior a 60 latidos por minuto), bloqueo auriculoventricular completo o insuficiencia cardiaca descompensada. También puede producir efectos secundarios como mareos, fatiga o alteraciones gastrointestinales.
Es importante destacar que el Betaxolol debe ser utilizado bajo supervisión médica y no debe ser suspendido de forma abrupta, ya que puede producir un empeoramiento de la enfermedad.
En resumen, el Betaxolol es un fármaco seguro y eficaz para el tratamiento de la hipertensión arterial y la angina de pecho. Su uso debe ser siempre supervisado por un profesional sanitario y se deben tener en cuenta las contraindicaciones y posibles efectos secundarios.