La tropicamida es un fármaco que se utiliza en oftalmología para dilatar la pupila y permitir una mejor visualización del fondo de ojo. En combinación con otros medicamentos, como la fenilefrina, se puede lograr una dilatación más rápida y efectiva.
En España, según datos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, las ventas de medicamentos que contienen tropicamida combinada con otros principios activos han ido en aumento en los últimos años. En 2018 se vendieron más de 1 millón de unidades de estos medicamentos, lo que supone un incremento del 5% respecto al año anterior.
La tropicamida combinada con fenilefrina es una de las opciones más utilizadas en oftalmología. La fenilefrina actúa como vasoconstrictor, reduciendo el flujo sanguíneo hacia el ojo y aumentando así la duración del efecto dilatador de la tropicamida. Además, esta combinación permite una mayor comodidad para el paciente al reducir el número de gotas necesarias para lograr la dilatación pupilar.
Otra combinación común es la tropicamida con lidocaína. La lidocaína actúa como anestésico local, reduciendo así el dolor o molestia que pueda causar la aplicación del fármaco en el ojo. Esta combinación está indicada especialmente en procedimientos diagnósticos o terapéuticos que requieren manipulación ocular.
Es importante tener en cuenta que estos medicamentos deben ser prescritos por un profesional médico especializado en oftalmología y su uso debe ser supervisado cuidadosamente debido a posibles efectos secundarios, como la elevación de la presión intraocular en pacientes con glaucoma.
En resumen, la tropicamida combinada con otros principios activos es una opción útil y efectiva en oftalmología para lograr una dilatación pupilar adecuada. Su uso debe ser siempre supervisado por un profesional médico y se deben tener en cuenta posibles efectos secundarios. En España, su venta ha ido en aumento en los últimos años y sigue siendo una opción comúnmente utilizada por los especialistas.