La ciprofloxacina es un antibiótico de la familia de las fluoroquinolonas, utilizado para tratar infecciones bacterianas en diferentes partes del cuerpo. Pertenece al grupo ATC S03AA07 y se encuentra disponible en diferentes presentaciones como comprimidos, solución inyectable y gotas oftálmicas.
En España, según datos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, la ciprofloxacina es uno de los antibióticos más prescritos por los médicos. En el año 2018 se dispensaron más de 2 millones de envases de este medicamento en las farmacias españolas.
La ciprofloxacina actúa inhibiendo la síntesis del ADN bacteriano, lo que impide que las bacterias se reproduzcan y se propaguen. Es eficaz contra una amplia variedad de bacterias gramnegativas y grampositivas, incluyendo algunas cepas resistentes a otros antibióticos.
Entre las infecciones que pueden tratarse con ciprofloxacina se encuentran las infecciones urinarias, respiratorias, gastrointestinales, oculares y cutáneas. También puede utilizarse para prevenir infecciones en personas con sistemas inmunológicos debilitados.
La dosis recomendada varía según el tipo y gravedad de la infección. En general, se recomienda tomar la ciprofloxacina con el estómago vacío o al menos dos horas después de haber comido para mejorar su absorción. Es importante seguir las indicaciones del médico o farmacéutico respecto a la duración del tratamiento y no interrumpirlo antes sin consultar previamente.
Como cualquier medicamento, la ciprofloxacina puede tener efectos secundarios. Los más comunes son náuseas, diarrea, dolor abdominal y dolor de cabeza. En casos raros, puede producir reacciones alérgicas graves o daño en los tendones.
Es importante informar al médico o farmacéutico si se está tomando algún otro medicamento o si se tiene alguna enfermedad crónica antes de comenzar el tratamiento con ciprofloxacina. También es importante no automedicarse y consultar siempre a un profesional sanitario antes de tomar cualquier medicamento.
En resumen, la ciprofloxacina es un antibiótico eficaz para tratar diferentes tipos de infecciones bacterianas. Es importante seguir las indicaciones del médico o farmacéutico respecto a su uso y duración del tratamiento para evitar efectos secundarios y prevenir la resistencia bacteriana.