La paromicina es un antibiótico aminoglucósido que se utiliza para tratar infecciones intestinales causadas por bacterias sensibles. Pertenece al grupo ATC A07AA06 y se administra por vía oral.
En España, la paromicina no es uno de los antibióticos más utilizados, pero sigue siendo una opción válida en casos específicos. Según las estadísticas, en el año 2019 se dispensaron alrededor de 1.500 unidades de paromicina en las farmacias españolas.
La paromicina actúa inhibiendo la síntesis proteica de las bacterias, lo que impide su crecimiento y reproducción. Es especialmente efectiva contra ciertas cepas de Escherichia coli y otros microorganismos gramnegativos que causan diarrea y otras infecciones gastrointestinales.
La dosis recomendada de paromicina varía según la edad y el peso del paciente, así como la gravedad de la infección. En general, se suele administrar entre 25 y 35 mg/kg/día divididos en tres o cuatro dosis durante un período de cinco a diez días.
Es importante tener en cuenta que la paromicina puede tener efectos secundarios indeseables, como náuseas, vómitos, diarrea o dolor abdominal. También puede afectar a la función renal y auditiva si se usa durante períodos prolongados o en dosis elevadas.
Por esta razón, es fundamental seguir las indicaciones del médico o farmacéutico al pie de la letra y no interrumpir el tratamiento antes de tiempo sin consultar con un profesional sanitario.
Además, es importante destacar que el uso indiscriminado de antibióticos, incluyendo la paromicina, puede contribuir al desarrollo de resistencias bacterianas y hacer que estos medicamentos sean menos efectivos en el futuro.
Por tanto, se recomienda utilizar la paromicina solo cuando sea necesario y siempre bajo supervisión médica. También es importante seguir medidas preventivas para evitar infecciones gastrointestinales, como lavarse las manos con frecuencia, cocinar los alimentos adecuadamente y evitar el consumo de agua o alimentos contaminados.
En resumen, la paromicina es un antibiótico aminoglucósido utilizado para tratar infecciones intestinales causadas por bacterias sensibles. Aunque no es uno de los antibióticos más utilizados en España, sigue siendo una opción válida en casos específicos. Es importante seguir las indicaciones del médico o farmacéutico al pie de la letra y tomar medidas preventivas para evitar infecciones gastrointestinales.