La gliquidona es un medicamento antidiabético oral que pertenece al grupo de las sulfonilureas de segunda generación. Se utiliza para tratar la diabetes tipo 2 en pacientes adultos que no pueden controlar su nivel de glucosa en sangre solo con dieta y ejercicio.
La gliquidona actúa estimulando la liberación de insulina por parte del páncreas, lo que ayuda a reducir los niveles de glucosa en sangre. También aumenta la sensibilidad a la insulina en los tejidos periféricos, lo que mejora el uso de la glucosa por parte del cuerpo.
En España, según datos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, en el año 2018 se dispensaron más de 3 millones de envases de gliquidona, lo que representa un aumento del 4% respecto al año anterior. Además, se estima que alrededor del 20% de los pacientes con diabetes tipo 2 reciben tratamiento con sulfonilureas como la gliquidona.
La dosis recomendada de gliquidona varía según las necesidades individuales del paciente y su respuesta al tratamiento. Por lo general, se comienza con una dosis baja y se va aumentando gradualmente hasta alcanzar el efecto deseado sobre los niveles de glucosa en sangre. Es importante seguir las indicaciones del médico y no modificar la dosis sin su consentimiento.
Como cualquier medicamento, la gliquidona puede tener efectos secundarios. Los más comunes son hipoglucemia (bajada brusca del nivel de azúcar en sangre), náuseas, vómitos y diarrea. En casos raros también puede producirse erupción cutánea, ictericia o problemas hepáticos. Si el paciente experimenta alguno de estos síntomas, debe consultar con su médico.
La gliquidona puede interactuar con otros medicamentos, como los anticoagulantes o los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), por lo que es importante informar al médico de todos los medicamentos que se estén tomando antes de comenzar el tratamiento con gliquidona.
En resumen, la gliquidona es un medicamento antidiabético oral que se utiliza para tratar la diabetes tipo 2 en pacientes adultos. Actúa estimulando la liberación de insulina y aumentando la sensibilidad a la insulina en los tejidos periféricos. En España, es uno de los medicamentos más utilizados para tratar esta enfermedad y su uso está en aumento. Como cualquier medicamento, puede tener efectos secundarios y debe ser utilizado bajo supervisión médica.