El celiprolol es un medicamento que pertenece al grupo de los beta-bloqueantes selectivos con actividad simpaticomimética intrínseca. Su código ATC es C07AB08.
Este fármaco se utiliza principalmente para el tratamiento de la hipertensión arterial y la angina de pecho. Actúa disminuyendo la frecuencia cardíaca y la fuerza contráctil del corazón, lo que reduce el consumo de oxígeno del miocardio y mejora el flujo sanguíneo coronario.
En España, según las estadísticas, el celiprolol se encuentra entre los 50 medicamentos más prescritos en el país. En 2019, se dispensaron más de 1 millón de envases en las farmacias españolas.
El celiprolol se administra por vía oral en forma de comprimidos. La dosis recomendada varía según la indicación terapéutica y las características individuales del paciente. En general, se recomienda iniciar con una dosis baja e ir aumentando gradualmente hasta alcanzar la dosis óptima para cada caso.
Este medicamento puede producir algunos efectos secundarios como fatiga, mareo, náuseas o trastornos gastrointestinales. También puede provocar reacciones alérgicas en personas sensibles a sus componentes.
Es importante destacar que el celiprolol está contraindicado en pacientes con insuficiencia cardíaca descompensada, bloqueo auriculoventricular completo o bradicardia sinusal severa. También debe utilizarse con precaución en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o diabetes mellitus.
En cuanto a su interacción con otros medicamentos, el celiprolol puede potenciar los efectos hipotensores de los diuréticos y otros antihipertensivos. También puede interferir con la acción de algunos fármacos utilizados para tratar la diabetes o la arritmia cardíaca.
En resumen, el celiprolol es un medicamento eficaz y seguro para el tratamiento de la hipertensión arterial y la angina de pecho. Sin embargo, su uso debe ser supervisado por un profesional sanitario y se deben tener en cuenta las contraindicaciones y precauciones mencionadas anteriormente.