La pravastatina es un fármaco que pertenece al grupo ATC C10AA03 y se utiliza para reducir los niveles de colesterol en sangre. Es un inhibidor de la HMG-CoA reductasa, una enzima que participa en la síntesis del colesterol en el hígado.
En España, según datos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, la pravastatina es uno de los fármacos más prescritos para tratar la hipercolesterolemia. En 2018 se dispensaron más de 4 millones de envases de pravastatina, lo que supone un aumento del 2% respecto al año anterior.
La dosis recomendada de pravastatina varía según las necesidades individuales del paciente y su estado clínico. En general, se recomienda una dosis inicial de 10-20 mg al día, que puede aumentarse hasta un máximo de 80 mg diarios si es necesario.
La pravastatina tiene una buena tolerabilidad y seguridad a largo plazo. Los efectos secundarios más comunes son leves y transitorios e incluyen dolor muscular, dolor abdominal, náuseas y diarrea. En raras ocasiones pueden producirse efectos adversos graves como miopatía o rabdomiólisis.
Es importante destacar que la pravastatina no debe utilizarse durante el embarazo o la lactancia debido a su potencial teratógeno y sus posibles efectos sobre el desarrollo fetal. Además, no está recomendada en pacientes con enfermedad hepática grave o antecedentes personales o familiares de miopatía o rabdomiólisis.
La pravastatina puede interactuar con otros fármacos, especialmente aquellos que se metabolizan a través del sistema enzimático CYP3A4. Por lo tanto, es importante informar al médico o farmacéutico de todos los medicamentos que esté tomando antes de iniciar el tratamiento con pravastatina.
En resumen, la pravastatina es un fármaco ampliamente utilizado en España para tratar la hipercolesterolemia. Es seguro y bien tolerado a largo plazo, aunque puede producir efectos secundarios leves y transitorios. Es importante seguir las recomendaciones del médico o farmacéutico y no automedicarse con este fármaco sin supervisión médica.