El grupo ATC D05 se refiere a los antipsoriásicos, un conjunto de medicamentos utilizados para tratar la psoriasis, una enfermedad crónica de la piel que afecta a millones de personas en todo el mundo. En España, se estima que alrededor del 2% de la población padece esta enfermedad.
Los antipsoriásicos se dividen en dos categorías principales: tópicos y sistémicos. Los antipsoriásicos tópicos son cremas, ungüentos o lociones que se aplican directamente sobre la piel afectada. Los antipsoriásicos sistémicos son medicamentos que se toman por vía oral o inyectados y actúan en todo el cuerpo.
Entre los antipsoriásicos tópicos más comunes se encuentran los corticosteroides, que reducen la inflamación y el enrojecimiento de la piel. También existen otros tipos de cremas como las antralinas, ácido salicílico o retinoides.
En cuanto a los antipsoriásicos sistémicos, hay varios tipos disponibles. Los retinoides orales son una opción popular para tratar la psoriasis moderada a grave. Estos medicamentos funcionan al disminuir el crecimiento celular excesivo en la piel.
Otro tipo de medicamento utilizado es el metotrexato, un fármaco inmunomodulador que suprime el sistema inmunológico del cuerpo para reducir los síntomas de psoriasis.
La ciclosporina es otro fármaco utilizado para tratar la psoriasis moderada a grave. Este medicamento también suprime el sistema inmunológico del cuerpo y puede tener efectos secundarios graves si se usa durante un período prolongado.
En los últimos años, los inhibidores de la interleucina-17 (IL-17) y los inhibidores de la interleucina-23 (IL-23) han sido aprobados para el tratamiento de la psoriasis moderada a grave. Estos medicamentos son inyectables y actúan en el sistema inmunológico para reducir la inflamación y el crecimiento celular excesivo en la piel.
Es importante destacar que todos estos medicamentos tienen efectos secundarios potenciales, por lo que es fundamental que sean prescritos por un médico especialista en dermatología. Además, algunos antipsoriásicos pueden interactuar con otros medicamentos o tener contraindicaciones específicas.
En resumen, los antipsoriásicos son una herramienta valiosa para tratar esta enfermedad crónica de la piel. Los pacientes deben trabajar en estrecha colaboración con su médico para encontrar el tratamiento adecuado y asegurarse de que están siendo monitoreados regularmente para detectar cualquier efecto secundario potencial.