La quinagolida es un fármaco que pertenece al grupo ATC G02CB04 y se utiliza para el tratamiento de trastornos relacionados con la prolactina, como la hiperprolactinemia y los tumores hipofisarios productores de prolactina.
En España, según datos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, en 2019 se dispensaron un total de 13.427 envases de quinagolida, lo que supone un aumento del 5% respecto al año anterior.
La quinagolida actúa sobre los receptores dopaminérgicos D2 en la glándula pituitaria, inhibiendo así la producción excesiva de prolactina. Esto ayuda a reducir los síntomas asociados con la hiperprolactinemia, como la galactorrea (producción anormal de leche materna), amenorrea (ausencia de menstruación) y disfunción eréctil.
Además, también se ha demostrado que la quinagolida puede ser eficaz en el tratamiento del síndrome de piernas inquietas (SPI), una afección neurológica caracterizada por una sensación incómoda en las piernas que provoca un fuerte deseo de moverlas.
La dosis recomendada varía según el trastorno a tratar. En el caso de la hiperprolactinemia, se suele comenzar con una dosis baja e ir aumentando gradualmente hasta alcanzar una dosis efectiva. En cambio, para el tratamiento del SPI, se recomienda una dosis única diaria antes de acostarse.
Como cualquier medicamento, la quinagolida puede tener efectos secundarios. Los más comunes incluyen náuseas, vómitos, dolor de cabeza y mareo. También se han reportado casos de hipotensión arterial y trastornos psiquiátricos como la depresión y la ansiedad.
Es importante destacar que la quinagolida no debe ser utilizada en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, ya que puede afectar negativamente al feto o al recién nacido.
En resumen, la quinagolida es un fármaco eficaz en el tratamiento de trastornos relacionados con la prolactina, como la hiperprolactinemia y los tumores hipofisarios productores de prolactina. También puede ser útil en el tratamiento del SPI. Sin embargo, como cualquier medicamento, debe ser utilizado bajo supervisión médica y siguiendo las indicaciones del profesional sanitario para minimizar los posibles efectos secundarios.