Los monobactamas son un grupo de antibacterianos betalactámicos que se utilizan para tratar infecciones causadas por bacterias gramnegativas. En España, los monobactamas están clasificados en el grupo ATC J01DF.
El principal representante de los monobactamas es el aztreonam, que se administra por vía intravenosa o intramuscular. Este antibiótico actúa inhibiendo la síntesis de la pared celular bacteriana, lo que provoca la muerte de las bacterias.
Los monobactamas son especialmente útiles en el tratamiento de infecciones causadas por Pseudomonas aeruginosa y otras bacterias gramnegativas resistentes a otros antibióticos. También se utilizan en pacientes alérgicos a la penicilina y otros antibióticos betalactámicos.
En España, según datos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, el consumo de monobactamas ha ido aumentando en los últimos años. En 2018, se consumieron más de 200.000 dosis diarias definidas (DDD) de aztreonam, lo que supone un aumento del 10% respecto al año anterior.
Sin embargo, como ocurre con todos los antibióticos, el uso excesivo o inadecuado puede provocar resistencias bacterianas y reducir su eficacia a largo plazo. Por ello, es importante seguir las indicaciones del médico y no automedicarse con estos fármacos.
Los efectos secundarios más comunes asociados al uso de monobactamas son náuseas, vómitos y diarrea. También pueden producirse reacciones alérgicas, aunque son menos frecuentes que con otros antibióticos betalactámicos.
En cuanto a las precauciones a tener en cuenta, los monobactamas deben utilizarse con precaución en pacientes con insuficiencia renal o hepática, ya que pueden acumularse en el organismo y provocar efectos adversos. También pueden interferir con la acción de otros fármacos, por lo que es importante informar al médico de todos los medicamentos que se estén tomando.
En resumen, los monobactamas son un grupo de antibacterianos betalactámicos útiles en el tratamiento de infecciones causadas por bacterias gramnegativas resistentes a otros antibióticos. En España, su consumo ha ido aumentando en los últimos años, pero es importante utilizarlos adecuadamente para evitar resistencias bacterianas y efectos secundarios indeseados.