El grupo ATC J01GB incluye otros antibacterianos aminoglucósidos utilizados para tratar infecciones sistémicas. Estos medicamentos son una opción terapéutica importante en el tratamiento de infecciones graves causadas por bacterias gramnegativas, especialmente en pacientes con sistemas inmunológicos comprometidos.
En España, los antibacterianos aminoglucósidos representan aproximadamente el 5% de todas las prescripciones de antibióticos. La mayoría de las prescripciones se realizan en hospitales, donde se utilizan para tratar infecciones nosocomiales y otras infecciones graves.
Los antibacterianos aminoglucósidos actúan inhibiendo la síntesis proteica bacteriana. Esto impide que las bacterias produzcan proteínas esenciales para su supervivencia y crecimiento, lo que finalmente lleva a la muerte celular.
Los medicamentos más comunes en este grupo son gentamicina, tobramicina y amikacina. Estos medicamentos se administran por vía intravenosa o intramuscular y tienen una vida media corta en el cuerpo.
La dosis de estos medicamentos debe ajustarse según la función renal del paciente, ya que los aminoglucósidos pueden ser tóxicos para los riñones. Los pacientes también deben ser monitoreados regularmente para detectar signos de toxicidad auditiva y vestibular.
Además, estos medicamentos pueden interactuar con otros fármacos como diuréticos y anestésicos generales, lo que puede aumentar el riesgo de toxicidad renal o auditiva.
A pesar del uso generalizado de los antibacterianos aminoglucósidos en el tratamiento de infecciones graves, su uso excesivo puede llevar a la aparición de resistencia bacteriana. La resistencia a los antibacterianos aminoglucósidos se ha observado en algunas bacterias gramnegativas, como Pseudomonas aeruginosa y Acinetobacter baumannii.
Para prevenir la resistencia bacteriana, es importante utilizar estos medicamentos solo cuando sea necesario y siguiendo las pautas de prescripción adecuadas. Además, se deben implementar medidas para prevenir infecciones nosocomiales y mejorar la higiene en los hospitales.
En resumen, los antibacterianos aminoglucósidos son una opción terapéutica importante en el tratamiento de infecciones graves causadas por bacterias gramnegativas. Sin embargo, su uso debe ser cuidadoso para evitar efectos secundarios y resistencia bacteriana. Los profesionales médicos deben seguir las pautas de prescripción adecuadas y tomar medidas para prevenir infecciones nosocomiales y mejorar la higiene en los hospitales.