El grupo ATC J01GA está compuesto por las estreptomicinas, un tipo de antibiótico que se utiliza para tratar infecciones bacterianas graves. Estos medicamentos actúan inhibiendo la síntesis de proteínas en las bacterias, lo que impide su crecimiento y propagación.
En España, según datos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, el uso de estreptomicinas ha disminuido en los últimos años. En 2018 se dispensaron alrededor de 1.500 unidades de estos medicamentos, lo que representa una tasa de consumo de 0,03 DHD (Dosis Diaria Definida por cada mil habitantes y día).
Las estreptomicinas se utilizan principalmente para tratar infecciones causadas por bacterias gramnegativas como la Escherichia coli o la Klebsiella pneumoniae. También pueden ser efectivas contra algunas cepas resistentes a otros tipos de antibióticos.
Sin embargo, debido a su potencial toxicidad y a la aparición cada vez más frecuente de resistencias bacterianas, su uso debe ser cuidadosamente controlado y limitado a situaciones específicas donde no existen alternativas terapéuticas adecuadas.
Entre los efectos secundarios más comunes asociados al uso de estreptomicinas se encuentran la ototoxicidad (daño en el oído interno) y la nefrotoxicidad (daño renal). Por esta razón es importante monitorizar regularmente la función auditiva y renal durante el tratamiento con estos medicamentos.
Además, las estreptomicinas pueden interactuar con otros medicamentos como los diuréticos o los antiinflamatorios no esteroideos, lo que puede aumentar el riesgo de efectos secundarios o reducir la eficacia del tratamiento.
En resumen, las estreptomicinas son un tipo de antibiótico importante en el tratamiento de infecciones bacterianas graves, pero su uso debe ser limitado y controlado debido a su potencial toxicidad y a la aparición cada vez más frecuente de resistencias bacterianas. Es fundamental seguir las recomendaciones del médico y monitorizar regularmente la función auditiva y renal durante el tratamiento con estos medicamentos.