Los inmunosupresores selectivos son un grupo de medicamentos que se utilizan para prevenir el rechazo de órganos trasplantados y tratar enfermedades autoinmunitarias. La clasificación ATC L04AA incluye los siguientes fármacos: tacrolimus, sirolimus, everolimus y belatacept.
En España, según datos del Ministerio de Sanidad, en 2019 se realizaron un total de 5.535 trasplantes de órganos sólidos. De ellos, el 53% fueron trasplantes renales y el 27% hepáticos. Los inmunosupresores selectivos son fundamentales en la prevención del rechazo del órgano trasplantado.
El tacrolimus es uno de los inmunosupresores más utilizados en la actualidad. Se administra por vía oral o intravenosa y actúa inhibiendo la activación de células T que participan en la respuesta inmunitaria. Según estudios clínicos realizados en España, el tacrolimus ha demostrado ser eficaz en la prevención del rechazo agudo del injerto renal a largo plazo.
El sirolimus es otro inmunosupresor selectivo que se utiliza principalmente en pacientes con trasplante renal o hepático. Su mecanismo de acción consiste en inhibir la proliferación celular mediante la inhibición mTOR (diana terapéutica). En España, estudios clínicos han demostrado que el sirolimus puede reducir el riesgo de cáncer cutáneo no melanoma después del trasplante renal.
El everolimus es un fármaco similar al sirolimus pero con una mayor afinidad por la diana terapéutica mTOR. Se utiliza en pacientes con trasplante renal o hepático y ha demostrado ser eficaz en la prevención del rechazo agudo del injerto. Además, estudios clínicos han demostrado que el everolimus puede reducir el riesgo de cáncer cutáneo no melanoma después del trasplante renal.
El belatacept es un inmunosupresor selectivo que se utiliza en pacientes adultos sometidos a trasplante renal. Actúa inhibiendo la activación de células T mediante la interacción con una proteína llamada CD80/86. Según estudios clínicos realizados en España, el belatacept ha demostrado ser eficaz en la prevención del rechazo agudo del injerto renal a largo plazo.
Los inmunosupresores selectivos pueden producir efectos secundarios como hipertensión arterial, hiperlipidemia, diabetes mellitus y nefrotoxicidad. Por ello, es importante realizar un seguimiento estrecho de los pacientes tratados con estos fármacos y ajustar las dosis según sea necesario.
En conclusión, los inmunosupresores selectivos son fundamentales en la prevención del rechazo de órganos trasplantados y el tratamiento de enfermedades autoinmunitarias. En España, se utilizan principalmente tacrolimus, sirolimus, everolimus y belatacept. Estos fármacos han demostrado ser eficaces en estudios clínicos realizados en nuestro país y su uso debe ser monitorizado cuidadosamente para minimizar los efectos secundarios asociados a su administración.