El grupo ATC R05DA incluye los antitusivos que contienen alcaloides del opio y sus derivados. Estos medicamentos se utilizan para tratar la tos seca persistente, especialmente en pacientes con enfermedades respiratorias crónicas como la bronquitis crónica o el enfisema.
En España, según datos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, el consumo de antitusivos ha disminuido en los últimos años. En 2018 se dispensaron un total de 6.316.522 envases de antitusivos, lo que supone una tasa de consumo por cada mil habitantes de 135,4 envases.
Los principales principios activos presentes en este grupo son la codeína y la dihidrocodeína. Estos fármacos actúan sobre el centro de la tos en el cerebro, reduciendo su actividad y disminuyendo así la frecuencia e intensidad de los accesos de tos.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos medicamentos pueden producir efectos secundarios como somnolencia, mareo o estreñimiento. Además, su uso prolongado puede generar dependencia física y psicológica.
Por esta razón, se recomienda utilizar estos fármacos solo cuando sean necesarios y durante un periodo corto de tiempo. En pacientes con enfermedades respiratorias crónicas es importante realizar un seguimiento médico adecuado para evaluar la eficacia del tratamiento y ajustar las dosis si es necesario.
En algunos casos, puede ser necesario combinar los antitusivos con otros medicamentos como broncodilatadores o corticoides inhalados para controlar adecuadamente los síntomas respiratorios.
En resumen, los antitusivos que contienen alcaloides del opio y sus derivados son medicamentos útiles para el tratamiento de la tos seca persistente en pacientes con enfermedades respiratorias crónicas. Sin embargo, su uso debe ser cuidadoso y limitado en el tiempo para evitar efectos secundarios y dependencia. Es importante seguir las recomendaciones médicas y realizar un seguimiento adecuado para garantizar una terapia eficaz y segura.