El Sildenafil es un fármaco utilizado para tratar la disfunción eréctil en hombres adultos. Pertenece al grupo ATC G04BE03 y actúa como inhibidor de la fosfodiesterasa tipo 5 (PDE5), lo que aumenta el flujo sanguíneo en el pene durante la estimulación sexual.
En España, según datos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, en 2019 se dispensaron más de 2 millones de envases de Sildenafil, lo que supone un aumento del 3% respecto al año anterior. Además, este fármaco representa el 70% del mercado de tratamientos para la disfunción eréctil.
El Sildenafil se administra por vía oral y su efecto comienza a notarse aproximadamente una hora después de su ingesta. La dosis recomendada es de 50 mg al día, aunque puede variar según las necesidades individuales del paciente. No se recomienda su uso en personas menores de 18 años ni en mujeres.
Entre los efectos secundarios más comunes del Sildenafil se encuentran los dolores de cabeza, mareos, náuseas y visión borrosa. También puede producir erecciones prolongadas y dolorosas (priapismo), por lo que es importante acudir a un médico si esto ocurre.
Es importante destacar que el Sildenafil no es un afrodisíaco ni aumenta el deseo sexual. Su función es únicamente mejorar la capacidad eréctil durante la estimulación sexual.
El uso del Sildenafil está contraindicado en pacientes con enfermedades cardiovasculares graves o hipotensión arterial severa. También está contraindicado su uso junto con nitratos, ya que puede producir una disminución peligrosa de la presión arterial.
En resumen, el Sildenafil es un fármaco eficaz y seguro para el tratamiento de la disfunción eréctil en hombres adultos. Su uso debe ser siempre supervisado por un médico y se recomienda seguir las dosis y pautas indicadas en el prospecto.