La ceftriaxona es un antibiótico de la clase de las cefalosporinas de tercera generación, que se utiliza para tratar infecciones bacterianas graves. Pertenece al grupo ATC J01DD04 y se administra por vía intravenosa o intramuscular.
En España, la ceftriaxona es uno de los antibióticos más utilizados en hospitales para tratar infecciones graves como neumonía, meningitis, sepsis y otras infecciones del tracto respiratorio, urinario y gastrointestinal. Según datos del Ministerio de Sanidad, en 2019 se dispensaron más de 1 millón de unidades de ceftriaxona en hospitales españoles.
La ceftriaxona actúa inhibiendo la síntesis de la pared celular bacteriana, lo que provoca la muerte de las bacterias sensibles. Es activa contra una amplia variedad de bacterias grampositivas y gramnegativas, incluyendo algunas cepas resistentes a otros antibióticos.
La dosis recomendada varía según el tipo y gravedad de la infección. En general, se administra una dosis diaria única por vía intravenosa o intramuscular durante un período que puede oscilar entre 5 y 14 días. La duración del tratamiento dependerá del tipo y gravedad de la infección.
La ceftriaxona puede tener efectos secundarios como náuseas, diarrea o dolor abdominal. También puede provocar reacciones alérgicas en algunos pacientes. Por esta razón es importante informar al médico si el paciente tiene antecedentes alérgicos a las cefalosporinas o a otros antibióticos.
Además, la ceftriaxona puede afectar a los niveles de algunas sustancias en la sangre, como el calcio y la bilirrubina. Por esta razón, es importante realizar controles periódicos durante el tratamiento para evitar posibles complicaciones.
En resumen, la ceftriaxona es un antibiótico eficaz y seguro que se utiliza ampliamente en hospitales españoles para tratar infecciones graves. Aunque puede tener efectos secundarios y requerir controles periódicos durante el tratamiento, su uso está justificado en casos de infecciones bacterianas graves donde otros antibióticos pueden no ser efectivos. Es importante seguir las indicaciones del médico y completar el tratamiento prescrito para garantizar una curación completa de la infección.