Risankizumab es un medicamento utilizado en el tratamiento de la psoriasis en placas moderada a grave en adultos que no han respondido adecuadamente a otros tratamientos sistémicos o que presentan contraindicaciones para ellos.
Este fármaco pertenece al grupo ATC L04AC18 y actúa inhibiendo la interleucina 23 (IL-23), una proteína que desempeña un papel clave en el desarrollo y mantenimiento de la inflamación crónica asociada con la psoriasis.
En España, según los datos del Sistema Nacional de Salud, se estima que alrededor del 2% de la población padece psoriasis, lo que supone unas 900.000 personas. De ellas, aproximadamente el 30% presenta formas moderadas o graves de la enfermedad, lo que puede afectar significativamente su calidad de vida.
En estudios clínicos realizados con Risankizumab se ha demostrado una eficacia significativa en el control de los síntomas de la psoriasis en placas. En uno de ellos, el estudio ultIMMa-1, se evaluó a más de 1.000 pacientes durante un año y se observó una tasa del 75% de mejoría en los síntomas tras las primeras semanas del tratamiento.
Además, Risankizumab ha mostrado un perfil favorable en cuanto a seguridad y tolerabilidad. Los efectos adversos más comunes son infecciones respiratorias leves y reacciones locales en el lugar de inyección.
El tratamiento con Risankizumab consiste en inyecciones subcutáneas administradas por un profesional sanitario cada cuatro semanas durante los primeros tres meses y posteriormente cada doce semanas.
Es importante destacar que Risankizumab no está indicado en el tratamiento de otras formas de psoriasis, como la psoriasis pustulosa o la artritis psoriásica. Además, su uso debe ser cuidadosamente evaluado en pacientes con antecedentes de infecciones recurrentes o enfermedades autoinmunitarias.
En conclusión, Risankizumab es un medicamento eficaz y seguro para el tratamiento de la psoriasis en placas moderada a grave en adultos que no han respondido adecuadamente a otros tratamientos sistémicos o que presentan contraindicaciones para ellos. Su uso debe ser supervisado por un profesional sanitario y se recomienda una evaluación cuidadosa antes de su prescripción.