La fexofenadina es un antihistamínico de segunda generación que se utiliza para tratar los síntomas de la rinitis alérgica y la urticaria. Pertenece al grupo ATC R06AX26 y se comercializa bajo diferentes nombres comerciales.
La fexofenadina actúa bloqueando los receptores H1 de la histamina, lo que reduce la inflamación y los síntomas asociados a las alergias. Además, tiene una acción prolongada y no produce somnolencia, lo que la convierte en una opción terapéutica muy efectiva para el tratamiento de las alergias.
En España, según datos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, el consumo de fexofenadina ha ido aumentando en los últimos años. En 2019 se dispensaron más de 5 millones de envases en las farmacias españolas, lo que supone un incremento del 7% respecto al año anterior.
La dosis recomendada de fexofenadina es de 120 mg una vez al día para adultos y niños mayores de 12 años. En caso necesario, esta dosis puede aumentarse hasta un máximo de 180 mg diarios. Es importante seguir las indicaciones del médico o farmacéutico para evitar posibles efectos secundarios.
Entre los efectos secundarios más comunes se encuentran dolor abdominal, náuseas, dolor menstrual en mujeres y dolor muscular. Estos efectos suelen ser leves y transitorios.
La fexofenadina está contraindicada en pacientes con hipersensibilidad conocida a alguno de sus componentes o a otros antihistamínicos similares. También debe evitarse su uso en pacientes con insuficiencia renal grave.
En cuanto a las interacciones medicamentosas, la fexofenadina puede aumentar los efectos de otros medicamentos que actúan sobre el sistema nervioso central, como los sedantes o los hipnóticos. Por ello, es importante informar al médico o farmacéutico si se está tomando algún otro medicamento.
En resumen, la fexofenadina es un antihistamínico muy efectivo y seguro para el tratamiento de las alergias. Su acción prolongada y su bajo riesgo de producir somnolencia la convierten en una opción terapéutica muy valorada por médicos y pacientes. Sin embargo, es importante seguir las indicaciones del profesional sanitario para evitar posibles efectos secundarios y contraindicaciones.