El fenofibrato es un fármaco hipolipemiante que pertenece al grupo ATC C10AB05. Su principal función es reducir los niveles de triglicéridos y aumentar el colesterol HDL en pacientes con hiperlipidemia.
En España, según las estadísticas, la prevalencia de hiperlipidemia en la población adulta es del 39,2%. Esto significa que una gran cantidad de personas podrían beneficiarse del uso del fenofibrato para controlar sus niveles de lípidos en sangre.
El mecanismo de acción del fenofibrato se basa en la activación del receptor PPAR-α, lo que aumenta la expresión de genes involucrados en el metabolismo lipídico y disminuye la síntesis hepática de triglicéridos. Además, también se ha demostrado que tiene efectos antiinflamatorios y antioxidantes.
El fenofibrato se administra por vía oral y su absorción es rápida y completa. Se une fuertemente a las proteínas plasmáticas y se metaboliza principalmente en el hígado. La eliminación se produce principalmente por vía renal.
Es importante destacar que el fenofibrato puede tener efectos secundarios como dolor abdominal, náuseas, diarrea o dolor muscular. En casos raros también puede causar problemas hepáticos o renales. Por esta razón, su uso debe ser supervisado por un profesional sanitario y no debe ser utilizado en pacientes con insuficiencia renal o hepática grave.
En cuanto a las dosis recomendadas, estas varían según cada paciente y su estado clínico. Generalmente se recomienda una dosis inicial baja para evitar efectos secundarios y luego se va aumentando gradualmente. En pacientes con insuficiencia renal o hepática, las dosis deben ser ajustadas para evitar complicaciones.
En resumen, el fenofibrato es un fármaco hipolipemiante que puede ser muy útil en el tratamiento de la hiperlipidemia. Su mecanismo de acción se basa en la activación del receptor PPAR-α y tiene efectos antiinflamatorios y antioxidantes. Sin embargo, su uso debe ser supervisado por un profesional sanitario debido a los posibles efectos secundarios y contraindicaciones en algunos pacientes.