El grupo ATC J07B se refiere a las vacunas virales, que son aquellas que contienen virus vivos o inactivados para estimular la respuesta inmunitaria del cuerpo. Estas vacunas son esenciales para prevenir enfermedades virales y proteger la salud pública.
En España, las vacunas virales han sido un componente clave en el éxito de los programas de vacunación. Según el Ministerio de Sanidad, en 2019 se administraron más de 15 millones de dosis de vacunas virales en todo el país. Esto incluye vacunas contra la gripe, el sarampión, la rubéola, la varicela y otras enfermedades virales.
La eficacia de las vacunas virales depende del tipo de virus y del método utilizado para producir la vacuna. Las vacunas vivas atenuadas contienen virus debilitados que pueden replicarse en el cuerpo sin causar enfermedad grave. Estas vacunas suelen proporcionar una inmunidad duradera con una sola dosis.
Por otro lado, las vacunas inactivadas contienen virus muertos o fragmentos del virus que no pueden replicarse en el cuerpo. Estas vacunas suelen requerir varias dosis para lograr una protección adecuada y pueden necesitar refuerzos periódicos para mantener la inmunidad.
Además de prevenir enfermedades individuales, las vacunas virales también tienen un impacto significativo en la salud pública al reducir la propagación del virus y disminuir los brotes epidémicos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que las campañas mundiales de erradicación han evitado más de 2 millones de muertes por sarampión desde 2000.
A pesar de los beneficios de las vacunas virales, todavía hay desafíos en su uso y distribución. La falta de acceso a las vacunas en algunos países ha llevado a brotes de enfermedades prevenibles por vacunación, como el sarampión y la poliomielitis. Además, la resistencia a las vacunas y la propagación de información errónea sobre su seguridad pueden disminuir la confianza del público en las vacunas.
En resumen, el grupo ATC J07B incluye una variedad de vacunas virales que son esenciales para prevenir enfermedades virales y proteger la salud pública. En España, se administran millones de dosis cada año para prevenir enfermedades como la gripe, el sarampión y la varicela. Aunque hay desafíos en su uso y distribución, las vacunas virales siguen siendo una herramienta vital para mejorar la salud pública en todo el mundo.