El grupo ATC J07BK se refiere a las vacunas contra la varicela zoster, una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta principalmente a niños y adultos jóvenes. La vacuna contra la varicela zoster es una medida preventiva importante para evitar la propagación de esta enfermedad.
En España, según datos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, en el año 2019 se registraron un total de 2.065 casos de varicela en menores de 15 años. Aunque la mayoría de los casos son leves y no requieren tratamiento médico específico, algunos pueden ser graves y causar complicaciones como neumonía o encefalitis.
La vacuna contra la varicela zoster está compuesta por virus vivos atenuados que estimulan al sistema inmunológico para producir anticuerpos protectores contra el virus. La eficacia de esta vacuna es alta, con una tasa de protección del 90% después de dos dosis.
La primera dosis se administra a los 12 meses de edad y la segunda entre los 3 y los 4 años. En caso de no haber recibido ninguna dosis anteriormente, también se puede administrar una segunda dosis a partir de los 18 años.
Es importante destacar que la vacuna no solo protege al individuo vacunado sino que también contribuye a reducir la propagación del virus en la comunidad. Esto es especialmente relevante para aquellos grupos más vulnerables como personas mayores o inmunodeprimidas que pueden desarrollar complicaciones graves si contraen el virus.
En España, desde su introducción en el calendario vacunal infantil en el año 2016, se ha observado una disminución significativa en el número de casos de varicela. En el año 2019, la tasa de incidencia fue de 17,6 casos por cada 100.000 habitantes, lo que supone una reducción del 68% respecto al año anterior a la introducción de la vacuna en el calendario.
Es importante destacar que aunque la vacuna es segura y eficaz, puede causar efectos secundarios leves como fiebre o dolor en el lugar de la inyección. En raras ocasiones pueden aparecer reacciones alérgicas graves.
En resumen, las vacunas contra la varicela zoster son una medida preventiva importante para evitar la propagación de esta enfermedad altamente contagiosa. Su eficacia ha sido demostrada en numerosos estudios y su inclusión en el calendario vacunal infantil ha contribuido significativamente a reducir el número de casos en España. Es importante seguir promoviendo su uso para garantizar una protección adecuada tanto a nivel individual como comunitario.