La rasagilina es un fármaco utilizado en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson. Pertenece al grupo ATC N04BD02 y actúa como inhibidor selectivo de la monoaminooxidasa B (MAO-B), una enzima que descompone la dopamina, un neurotransmisor importante en el control del movimiento.
En España, según los datos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, la prevalencia de la enfermedad de Parkinson es del 1% en mayores de 65 años. La rasagilina se ha demostrado eficaz en reducir los síntomas motores y mejorar la calidad de vida en pacientes con esta enfermedad.
La dosis recomendada es de 1 mg al día, administrada por vía oral. La rasagilina se absorbe rápidamente y alcanza su concentración máxima en sangre después de unas dos horas. Se metaboliza principalmente por el hígado y se elimina por vía renal.
Los estudios clínicos han demostrado que la rasagilina reduce significativamente los síntomas motores como temblor, rigidez e inestabilidad postural. También ha mostrado efectos beneficiosos sobre los síntomas no motores como depresión, ansiedad y fatiga.
Además, se ha observado que la rasagilina puede retrasar el inicio del tratamiento con levodopa, otro fármaco utilizado en el tratamiento del Parkinson. Esto puede ser beneficioso ya que el uso prolongado de levodopa puede llevar a complicaciones motoras como discinesias (movimientos involuntarios).
La seguridad y tolerabilidad de la rasagilina han sido evaluadas en varios estudios clínicos a largo plazo. Se ha observado que la rasagilina es bien tolerada y tiene un perfil de efectos adversos similar al placebo. Los efectos secundarios más comunes son náuseas, dolor de cabeza y mareo.
Es importante tener en cuenta que la rasagilina no debe ser utilizada en combinación con otros inhibidores de la MAO, ya que puede aumentar el riesgo de reacciones adversas graves como hipertensión arterial y crisis hipertensivas.
En resumen, la rasagilina es un fármaco eficaz y seguro utilizado en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson. Su uso puede mejorar significativamente los síntomas motores y no motores, así como retrasar el inicio del tratamiento con levodopa. Es importante seguir las recomendaciones del médico para evitar posibles interacciones medicamentosas y efectos adversos.